Estoy segura que, los abuelos, esas joyas que no podemos olvidar cuidar, comprenderán que con este post quiera hacer un pequeño homenaje a mi abuela que, con casi 100 años voló hacia otro lugar hace casi 6 meses.
La vida en los años 20, década en la que nació la protagonista de este texto, no era fácil en tierras manchegas, gallegas, extremeñas o andaluzas. Esto es, era complicada en muchos sitios. Pero, si además eras mujer tenías otra serie de hándicaps. Por ejemplos, el voto femenino no llegó a España hasta el año 1931 de la mano de la Constitución aprobada por la República (9/12/1931).*1 Tampoco se puede olvidar que gran parte de la población era analfabeta, siendo el porcentaje de mujeres que no sabía leer ni escribir mayor que el de los hombres.
Con el tiempo, década a década, estas mujeres fueron ganando no sólo derechos sino también su espacio en la sociedad. Las niñas comenzaron a asistir al colegio y a la universidad. Cada vez era más normal ver a mujeres en empresas o industrias en puestos que, tradicionalmente, estaban ocupados por hombres.
Pasó el tiempo y estas mujeres tuvieron descendencia y, algunas, se convirtieron en abuelas. Pero, mientras que en otro tiempo y en otras sociedades, la persona de mayor edad tenía un papel de peso en la familia, siendo casi venerada*2, hoy en día ha surgido un fenómeno denominado edadismo*3. Nuestros ancestros entendían que, con el paso del tiempo, la persona adquiría conocimientos y experiencias claves en la supervivencia de la especie. Hoy, por el contrario, cumplir años acarrea numerosos problemas: pérdida de trabajo y poder adquisitivo, presión por permanecer joven, etc.
Un entorno en el que esta forma de discriminación es visible, en mi opinión, es el sector del cine. No hace falta ir muy lejos para oír voces femeninas mostrando su disconformidad por la falta de papeles para mujeres de su edad o señalando que no les llaman por no ser consideradas jóvenes. De hecho, así lo reivindicó Beatriz Rico en septiembre del 2020 en una noticia publicada en la web de Uppers.*4. Fuera de nuestro territorio, las cosas no han ido mucho mejor puesto que actrices internacionales, como Helen Mirren, se han hecho eco de esta misma situación.
Así pues, parece que el edadismo se está extendiendo por nuestra sociedad, siendo necesario, por ello, reflexionar sobre sus razones y consecuencias. Mientras tanto, os invito a tomaros vuestro tiempo para conversar con vuestros abuelos y abuelas, aprender de ellos, disfrutar de sus historias, absorber sus conocimientos. De esta manera, recuperando antiguas costumbres, con respeto y reconocimiento, conseguiremos avanzar como sociedad y formar un entorno igualitario.
P.D. Dedicado a todas las abuelas y abuelos que con paciencia, cariño y desinterés, enseñan, cuidan, juegan y se divierten con sus nietos. Y también, porqué no, a todas esas personas que ya llevan un largo recorrido por esta vida y que siguen teniendo ganas de aprender, jugar, reír, vivir, compartir, colaborar, conocer... ¡Hagamos todos juntos un mundo mejor!!
BIBLIOGRAFÍA:
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